sábado, 22 de enero de 2011

Investigación: Aves jurásicas no eran buenos padres


Los pterosaurios se parecían más a los reptiles que a las aves; en lugar de anidar sus huevos los ponían y abandonaban a su suerte. La presencia del huevo indica, según estos científicos, que el reptil alado era una hembra "sexualmente madura" denominada la señora T
Los pterosaurios, dinosaurios que volaban hace unos 160 millones de años sobre el nordeste de China, se parecían más a los reptiles que a las aves. En lugar de anidar sus huevos los ponían y abandonaban a su suerte.
Los investigadores, encabezados por Juanchang Lü de la Academia China de Ciencias Geológicas en Pekín, descubrieron en rocas sedimentarias de la región de Linglongta, en la actual provincia china de Liaoning, el fósil de un pterosaurio adulto, preservado junto con uno de sus huevos.
La presencia del huevo indica, según estos científicos, que el reptil alado era una hembra "sexualmente madura" denominada la señora T.
El hallazgo significaría una prueba más clara de cómo distinguir los sexos de los fósiles y en específico de los pterosaurios.
La señora T ha dado pie a varias comparaciones entre los machos y las hembras de esta especie denominada Darwinopterus, de la cual se han encontrado decenas de fósiles.
"Los modos de reproducción y crecimiento tienen un impacto profundo sobre la anatomía, la ecología y la evolución, pero todavía son poco conocidos en lo que se refiere a la mayoría de la fauna extinta", señaló el artículo.
Esto incluye a los pterosaurios, un grupo importante de reptiles voladores que persistió desde el fin del período triásico, hace unos 200 millones de años y hasta el término del cretáceo hace unos 65 millones de años.
Malos padres
Dado que, hasta hace poco tiempo, eran escasos los ejemplares fósiles obtenidos de los pterosaurios "las ideas sobre la biología reproductiva de estos animales se han inferido, en gran medida, por medio de comparaciones con las aves".
Por ello se presumía que los pterosaurios eran ovíparos, incubaban sus huevos por contacto; lo cual implicaría poner huevos de cáscara dura.
Que cuidarían hasta el empollamiento de crías que requerirían el cuidado y protección de sus progenitores hasta que pudieran volar.
"El descubrimiento reciente de huevos con embriones, del período cretáceo inferior, en China y Argentina, ha proporcionado información más directa sobre la reproducción de los pterosaurios", continuó el informe.
El hallazgo en Liaoning y otros similares ha confirmado que los pterosaurios eran ovíparos pero "de manera más bien sorprendente con una modalidad de reproducción reptiliana que involucra una maduración de las crías antes de salir del cascarón y que requiere poca o ninguna atención de los progenitores".
Y del hecho de que el cascarón del huevo es de una consistencia más blanda los científicos infieren que estos eran enterrados para que tomaran del suelo los nutrientes necesarios para desarrollarse y valerse por sí mismos, en lugar de ser empollados.
Esto contraría la presunción general de que la capacidad locomotora, fisiología, de respiración y la ecología de los pterosaurios eran más parecidas a las de las aves y murciélagos que a las de los reptiles, agregó.
Diferencia de sexos
El esqueleto de Liaoning, que está casi completo, demuestra que los machos de especie de pterosaurios tenían pelvis relativamente pequeñas y grandes crestas o extensiones de hueso sobre sus cráneos.
Las hembras, en cambio, tenían pelvis mucho más anchas y carecían de cresta craneal.
El pterosaurio fue el primer reptil que desarrolló la habilidad de volar, lo que hizo unos 70 millones de años antes que los pájaros, y maduró un esqueleto similar al de los pájaros, pero su parentesco se aproxima más a la familia de los archosaurios, que incluye a los dinosaurios y cocodrilos.
El pterosaurio tenía pelo, lo cual mejoraba su capacidad de vuelo y le ayudaba a acercarse silenciosamente a sus presas.
El pelaje de este tipo de reptiles voladores tiene similitudes con el plumaje de algunos dinosaurios, lo que hace suponer que podrían tener antepasados comunes.
(El Universal de México / Science)

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